El envejecimiento de la población española es un hecho que se muestra activo cada día que pasa en la realidad, y ahora suele acentuarse más debido a la disminución de los nacimientos, ya que se ha reducido de manera notable el número de nacimientos por familia, por lo que la vejez gana terreno a la natalidad.
Aunque uno de los temas más preocupantes para las personas de la tercera edad es el uso de material de ortopedia, ya que en la actualidad existen muchas invenciones que pueden otorgar un mejor ritmo de vida, mayor vitalidad y mantener la calidad de vida en la tercera edad.
A medida que el ser humano va superando sus etapas de vida, el cuerpo experimenta una serie de cambios que exigen el uso de “combustibles” para poder abrir paso a una nueva etapa.
En este caso, cuando se hace referencia a esos “combustibles” es simplemente lo que conocemos como la energía que obtenemos de los alimentos y que se almacena en el cuerpo en forma de nutrientes, vitaminas, minerales, etc.
Cuando el ser humano pasa de la infancia a la adolescencia, los cambios se acentúan más de manera hormonal. Ya la mayoría de las personas saben cómo las hormonas comienzan a transformar a ese niño en un adolescente y la energía que se gasta en todo ese proceso de cambio es inmensa.
Por esta razón, los adolescentes comen mucho y desean dormir todo el tiempo, ya que sus cuerpos están pasando por muchos cambios al mismo tiempo y requieren de mucha energía.
En el caso de la transformación en una persona adulta, las cosas comienzan a tomar otro rumbo, uno del que hay que preocuparse más para mantener una buena calidad de vida el resto de los años.
Por ejemplo, si un adulto joven (entre 20 y 30 años) no se alimenta bien, realiza ejercicios fuertes, se lesiona y no se trata bien la lesión, tiene mucho estrés, se enferma con frecuencia, no consume las vitaminas y nutrientes necesarios para el día a día, desarrolla hábitos de tabaquismo y/o bebidas alcohólicas, etc., los efectos de estos problemas no se pueden apreciar de inmediato sino a largo plazo, y es exactamente en la tercera edad donde comienzan a verse las consecuencias.
En la tercera edad, todos los malos hábitos que una persona haya mantenido en su vida, así como también la carga genética de antecedentes familiares y lesiones mal tratadas, puede hacer que los huesos reciban el mayor impacto y comiencen a degenerarse.
Sin embargo, la ortopedia en la tercera edad permite que el individuo mantenga su estilo de vida sin aislarlo de la sociedad y de las actividades diarias.
Aunque los aparatos ortopédicos sean un gran gasto, para muchos es la opción más favorable para retomar el ritmo de vida y no permanecer aislados. Sin embargo, usar algunos de estos elementos ortopédicos va más allá del simple hecho de colocarlo, pues también debes cambiar sus hábitos de vida para mejorar la calidad.
Debes mantenerte activo, iniciar una rutina de ejercicios. Quizás esta vez tu rutina de ejercicios no tenga los mismos propósitos que hace algunos años atrás cuando solo querías perder peso para verte mucho mejor. En este caso, la rutina de ejercicios para complementar un mejor estilo de vida usando ortopedia es para asegurar tu bienestar y mejorar tu salud, evitando de esta manera que tengas la necesidad de usar otros productos ortopédicos y puedas vivir mucho mejor de manera activa y responsable.
Las necesidades ortopédicas más comunes en la tercera edad son los andadores, los ayudantes para el baño, los ayudantes para comer, las rodilleras, las tobilleras, los correctores de postura y el collarín.
Sin embargo, la calidad de vida en la tercera edad depende de las necesidades especiales que cada persona tenga y en ocasiones estos productos pueden personalizarse cuando la situación lo requiere, como por ejemplo las sillas de rueda, los sillones de baño, las grúas de transporte, los andadores, entre otros.
De esta manera, la persona puede retomar un ritmo de vida adecuado y mejorar su calidad, gracias a la ortopedia que nos ocupa.
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